Días atrás me detuve a observar a las personas que pasaban frente a mí, un enjambre de seres inmersos en sus propios mundos, caminando muy rápido, sumergidos en las pantallas de sus Smartphone… abstraídos como si a su alrededor no existiera nada más. Ante esta realidad me pregunté ¿en qué momento aprendimos a vivir de esta manera? ¿cómo aprendimos a supra valorar la rapidez? Será que no importa dónde vamos… con tal que sea rápido…
Sin duda la inmediatez de lo digital ha contribuido a modificar una parte de nuestros genes culturales. En este mundo tan volátil donde medimos y valoramos las cosas en horas de vida útil; siento que lo importante debe ser el propósito que motiva nuestro viaje y no cuán rápido lleguemos, lo importante debe ser descubrir y valorar si lo que estamos haciendo nos acerca a cumplir nuestro propósito en la vida.
¿cuál es el propósito que hace que nos levantemos cada mañana?
Estamos consciente de ¿cuál es el propósito que hace que nos levantemos cada mañana?, ¿qué hace que salgamos cada día de nuestros hogares?, ¿qué estamos persiguiendo?, si la respuesta es, dejar un mundo mejor que el que nosotros conseguimos; pues sigamos en esa dirección y no nos detengamos; si nuestra respuesta es negativa, o carecemos de respuesta, qué bueno… la vida te está regalando la oportunidad de preguntarte en qué estás invirtiendo tu tiempo de vida, y que estás haciendo con ella.
La dirección es más importante que la velocidad… tener un propósito es mucho más importante que llegar de primero. Podemos ser los primeros en muchas cosas que solo nos sirven para masajear nuestros egos, pero no enriquecen a la humanidad. Cada día somos más los que habitamos este planeta; si logramos despertar esta inquietud de al menos cuestionarnos hacia dónde vamos tan deprisa, y darnos la licencia para descubrir porque vamos en esa dirección, cuál es el propósito que perseguimos con el viaje que estamos llevando, seguramente será esclarecedor para algunos y descubran que quieren cambiar el destino de su viaje.
Que espectáculo es tener una vida con propósito… que al momento de partir, que es lo único seguro que tenemos, podamos mirar el sendero recorrido y descubrir la huella que dejamos en este mundo… que podamos ver nuestra contribución a que este mundo fuera un mejor espacio para vivir y afirmar con orgullo, con mi vida, con mi ejemplo, deje un mejor lugar para mis seres queridos y los de estos.
Cuando comprendemos que lo único que nos llevaremos de este paso temporal por la tierra, son los recuerdos de las experiencias vividas, la actitud correcta es vivir permanentemente provocando los recuerdos que nos queremos llevar…
Esta es la actitud a la cual les invito, a que se tomen un espacio de tiempo para reflexionar y para hacernos esas preguntas profundas que no son para responder… sino para ser habitadas… La dirección es más importante que la velocidad…
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