Nacidos para trabajar en “equipo”
- Marianella Mendez Badell
- 23 jun
- 1 Min. de lectura
Las organizaciones están entrenadas para controlar, planificar y corregir antes que confiar. Lo hacen y lo seguirán haciendo aun cuando lo que hoy es verdaderamente indispensable es la colaboración. Quizás exista la creencia de que colaborar es una moda o no esté muy claro su significado... La lectura habitual es que colaborar es trabajar juntos en “equipo”

Colaborar es abrirse a construir con otros, sin garantías, sin certezas, con todo lo que eso implica: fricción, vulnerabilidad y diálogo real. Para colaborar de verdad, hay que soltar las formas tradicionales de trabajar y decidirse por la transformación en la manera de pensar y trabajar.
Es en el escenario de la transformación donde nace una combinación más poderosa que el trabajo en equipo... es el espacio donde se fusionan el “nosotros” (sentido de pertenencia) y la “colaboración”. Nos sentimos parte cuando contribuimos, y contribuimos cuando somos parte.
Cuando nuestras ideas importan y sabemos que no estamos solos, se enciende la chispa de la colaboración.
Colaborar alimenta la pertenencia. Y pertenecer nos anima a colaborar más.
Es un círculo virtuoso y una decisión cultural.
Y en tu organización ¿se compite o se co-crea?
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