La fatiga del cambio: ese cansancio que llega antes de empezar
- Marianella Mendez Badell
- 6 may
- 2 Min. de lectura
Pocas cosas desgastan tanto como el cambio... cansa antes de que suceda ... cuando apenas empieza a insinuarse.Antes de que la primera decisión oficial sea comunicada, antes de que se vea una sola política nueva, las personas ya están cargando con algo invisible.
El solo hecho de saber que “algo viene” comienza a drenar energía.
Surgen preguntas que nadie responde todavía: ¿Qué va a pasar conmigo? ¿Con mi equipo? ¿Con mi rol? ¿Qué perderé? ¿Qué no podré controlar?
No es ansiedad, es un desgaste emocional real ¡! es la mente imaginando escenarios posibles y el corazón a millón ante la incertidumbre.
Es el inicio silencioso de la fatiga del cambio.
Si la comunicación es poco clara o llega a medias ... el peso se multiplica... uno se siente perdido, o fuera de lugar. Algunos empiezan a resistirse. Otros, más cansados o decepcionados, simplemente se desconectan.
Algunos no quieren el cambio y a otros el cambio no los quiere a ellos.
En ese espacio de desconexión temprana, también habita algo más profundo: la memoria cultural. Las organizaciones no son hojas en blanco... ya traen una historia... cicatrices de cambios pasados, transformaciones a medias, promesas incumplidas, ... cuando un nuevo proceso arranca, no arranca de cero, arranca con todo el peso de lo vivido antes.
TRANSFORMA LA FATIGA EN MOVIMIENTO ¡!
Define el propósito, antes de hacer planes ... el cambio necesita tener un "por qué" que importe a todos.
Co-crea la visión, las personas resisten ser cambiadas sin ser parte.
Habla de emociones, no de fechas y entregables, reconoce desde el principio que el miedo, la tristeza, la esperanza y la frustración son parte legítima del proceso.
Respeta el ritmo humano, da espacio para procesar, para comprender, para reconstruir sentido antes de pedir resultados.
LAS PERSONAS “AVANZAN” O “RETROCEDEN” A DIFERENTE RITMO ¡!
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